Aunque no llegó a regresar a España como era su deseo («Mi gran deseo es volver a España, pero hombres sabios me han dicho que allí se pierde el respeto a los artistas cuando están presentes, pues España es madre amantísima para los forasteros y madrastra cruel para sus hijos», era bastante conocido y admirado por estos lares como prueba el que fuese visitado en Nápoles por uno de nuestros pintares más famosos: