Tres días y dos noches, retiradas del bullicio, de las redes sociales y del "corre, corre" rutinario de nuestras vidas para dedicarnos a recordar nuestro linaje materno y explorar la ciclicidad de nuestras cuerpas.
La llegada de la primera menstruación nos bendice con el don de la creatividad vital. Acompañar y apoyar a nuestras niñas durante esta etapa es fundamental para ayudarlas a convertirse en mujeres seguras y felices.
Antes de ser madres todas hemos sido hijas, nietas y hermanas. Recordar, sanar y reescribir las historias de nuestros linajes es esencial para poder conectar con nuestras hijas, para acompañarlas y guiarlas hacia la libertad.
Durante este retiro vamos a aprender como vivir juntas y como podemos compartirnos desde el amor y la mirada respetuosa que caracteriza a las mujeres sabias.