4. No hay mérito en el hombre para pretender la salvación por sí mismo. (Pista: “Podéis decir: No tengo bondad ni mérito alguno para pretender la salvación, presento ante Dios la sangre expiatoria del inmaculado Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Esta es mi nica defensa”. Párrafo 3). *