Vuelve a sonar tu canción de motivarte. Has perdido la cuenta de las veces que ha sonado. La primera vez que sonó, lo diste todo en el pasillo. La segunda vez, bailaste como si fuera la última canción de la discoteca. La tercera vez, ¿cantaste con ella, o fue la cuarta vez? ¿Cuántas veces ha sonado ya? ¿Por qué pusiste la canción? Ah, sí, ha llegado el momento de convertirse en ese papá que es el orgullo de su hija, pero ¿cómo empezar este baile?