Introducción
Este es un libro escrito por Lucas, e indudablemente inspirado por el Espíritu Santo. Por siglos se le ha conocido con el nombre de “Hechos de los Apóstoles”, sin embargo, al leerlo detenidamente, el lector cristiano puede captar de inmediato que lo que en realidad se narra son los hechos del Espíritu Santo. Este sería un nombre más adecuado, porque el verdadero protagonista en este libro es el Espíritu de Dios, guiando, protegiendo, bautizando, instruyendo, revelando y consolando a la Iglesia primera; a la vez que muestra su personalidad como la tercera persona de la Triunidad de Dios.
La temática que se aborda en el libro de los Hechos, es la Iglesia: Su inicio marcado con el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, el crecimiento del número de los creyentes, la multiplicación de los discípulos, la fundación de diversas iglesias en diferentes partes alrededor del Mediterráneo, y el crecimiento poderoso de la palabra de Dios (Hch. 19:20).
En el principio, la iglesia se limitaba solamente a la ciudad de Jerusalén, y exclusivamente a los judíos; posteriormente, y a raíz de la persecución desatada, luego de la muerte de Esteban (Hch. 8:1; 11:19) se esparcen los discípulos por regiones aledañas a Judea como Samaria, Siria y Chipre; sin embargo después de la conversión del centurión Cornelio y el derramamiento del Espíritu Santo sobre él, el Evangelio se extiende a los gentiles (Hch 10:45). A los cuales es enviado Saulo de Tarso el cual es Pablo a predicar.
Este libro contiene las estrategias apostólicas fundamentales, mismas que debe imitar el día de hoy cualquier discípulo que desee servir a Dios de acuerdo con el modelo del Espíritu Santo, liberándose de toda la tradición, teología y metodología producto del razonamiento humano.