Formulario inscripción a taller "Pedagogía de la ciencia cuando se mide y se compara en el Patio de la Escuela"
Tallerista:  Emanuel Machín
CEYACI Facultad de Ciencias. Universidad Nacional de Tucumán
 
RESÚMEN:
La enseñanza de las ciencias en las edades tempranas ha tomado gran relevancia en los últimos años y la “construcción de una mirada científica del mundo” por parte de los más pequeños se encuentra en la mira del proceso educativo. Actualmente, se considera un gran desafío generar propuestas didácticas que motiven a los estudiantes en temas de ciencias. En ocasiones, los docentes consideran que tienen pocas herramientas para desarrollar este proceso y recurren a documentales y materiales didácticos en las redes que son muy ajenos al entorno de la escuela en sí, o realizan experimentos en los laboratorios donde los niños y las niñas son observadores pero apenas pueden tocar. Otra manera que se utiliza para motivar con la ciencia es promover charlas con científicos o visitas a museos y centros de investigaciones para que las y los estudiantes puedan ver, pero sin participar del proceso de “hacer la ciencia”. Sin embargo, existe un laboratorio natural al alcance de niñas, niños y maestros: el patio de la escuela. Este patio y todas las interacciones y fenómenos que allí se suceden, nos permiten entender la naturaleza de manera empírica y luego, una vez que tenemos experiencias de primera mano, conceptualizar las interacciones y fenómenos mucho más fácilmente. Para lograr que el patio de la escuela represente un valioso espacio en donde indagar sobre el ambiente natural-social local, resulta fundamental capacitar a los maestros para que puedan descubrir y utilizar de manera eficiente los recursos que el patio brinda, no sólo para la enseñanza de las ciencias naturales en sí, sino también para integrar muchas otras asignaturas del currículo escolar de manera transversal. Al mirar con atención el patio de cualquier escuela descubrimos un mundo en miniatura. Por un lado, podemos ver una variedad de plantas y animales pequeños, a la que tal vez nunca le prestamos suficiente atención; también nos es posible observar todas las clases de interacciones ecológicas entre estos seres vivos, al igual que los efectos de vivir cerca de muchos seres humanos pequeños y unos pocos seres humanos grandes que llevan a cabo una variedad de actividades. Por otro lado, tanto en la escuela como en la comunidad humana que la rodea se dan toda clase de interacciones sociales. Si nos acercamos a este mundo con ojos y mente abiertos, lo que encontramos no sólo nos asombra sino que también enciende nuestra curiosidad. Esta curiosidad nos lleva naturalmente a hacernos preguntas que podemos contestar a través de la acción de recolectar información por nosotros mismos, es decir “de primera mano”. Con esta información respondemos a la pregunta inicial y podemos seguir reflexionando sobre los resultados. En este último paso podemos incluso especular si los resultados que obtuvimos en el lugar más familiar posible, el patio de nuestra escuela, podrían pertenecer también a un entorno amplio más allá del espacio que nos rodea. A su vez, estas reflexiones nos conducen a nuevas preguntas que pueden explorarse mediante nuevos estudios en el mismo patio escolar. Este proceso completo se denomina Ciclo de Indagación e incluye la formulación de Preguntas, la Acción para contestarlas y la Reflexión acerca de los resultados. En tal sentido, el Ciclo de Indagación es una poderosa herramienta metodológica nacida en el año 1985 y madurando desde entonces. El Ciclo de Indagación es un método pedagógico-didáctico riguroso, completo y entendible para el aprendizaje de la ciencia, aplicado con éxito en la mayoría de los países latinoamericanos. Se enriquece constantemente con el aporte de muchos docentes que lo integran a diario en el proceso educativo de sus estudiantes. A través de la aplicación de esta metodología científica en el contexto de la educación formal, el patio escolar se vuelve un mundo para explorar, un “laboratorio vivo” a partir del cual podemos examinar y discutir los fenómenos del paisaje y sus habitantes. La aplicación del Ciclo de Indagación nos permite no sólo aprender haciendo sino también aprender reflexionando. Las iniciativas del Ciclo de Indagación pueden incorporar explícitamente los elementos de muchos o todos los ejes temáticos y transversales del contenido curricular en vigencia para cada nivel desde el nivel preescolar hasta el último año preuniversitario. Es decir que, por medio del proceso de la indagación de primera mano en el patio y alrededores de la escuela, los docentes y sus estudiantes pueden explorar no sólo la ecología y otras ciencias naturales sino también las matemáticas, las ciencias sociales, el lenguaje (oral y escrito), las artes plásticas, la literatura, la educación física y la música, todo dentro de las propuestas educativas del contenido curricular y acordes con el entorno socio-ambiental y cultural local. A medida que el proceso de la indagación de primera mano va favoreciendo el conocimiento, comprensión y pensamiento crítico, entre otros resultados, los estudiantes y docentes van reconociendo las consecuencias de las acciones del ser humano sobre el entorno local hasta el punto de poder tomar decisiones conscientes, racionales y autónomas acerca de aquellas acciones.

Objetivos:
Brindar una propuesta pedagógico-didáctica, enfocada en la educación de las ciencias naturales y en particular de la ecología, pero cuyo tratamiento puede incluir diferentes áreas curriculares como las lenguas, la matemática y el arte entre otras.

Modalidad: Virtual
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