Tu madre aparece en la puerta de tu habitación. Has estado en la cama todo el día, totalmente derrotado. Después de ayer por la tarde, tuviste un subidón, pero después te despeñaste. Ver a tu madre apoyándote hace que tus sentimientos de culpa se disparen. Intentas levantarte, pero tu cuerpo está totalmente entumecido. Ella te ofrece una pequeña sonrisa que contrasta con su cara exhausta pero, tiene algo que te da subidón: El deber matemático te llama.