RESPONDA LAS PREGUNTAS 7 A 11 CON BASE EN LA LECTURA Y EL ANÁLISIS DEL SIGUIENTE TEXTO CONTINUO
Antígona
ANTÍGONA: ¡Oh cabecita de mi hermana que es tan mía como tuya, Ismene, ¿sabes que nuestras desgracias empiezan con Edipo y que no hay una sola que Zeus no cumpla en nosotras dos aún en vida? […]
ISMENE: ¿Qué es ello? Pues muestras bien a las claras que estás dándole vueltas a una noticia muy grave.
ANTÍGONA: ¿Es que en cuestión de sepultura no ha medido a nuestros dos hermanos con rasero diferente, al honrar a uno con ella y deshonrar al otro, negándosela? A Eteocles, según explica la gente, por entender que debía concederle, amén de lo que es de justicia, también los ritos de rigor, lo enterró, de suerte que es acogido con todos los honores por los difuntos de ultratumba. En cambio al otro, a Polinices, tristemente muerto, asegura la gente que un heraldo comunicó a nuestros conciudadanos que nadie le dé sepultura ni le llore, sino, al contrario, que lo dejen abandonado sin dedicarle una lágrima y sin enterrar ¡dulce tesoro que ha de proporcionar gran placer a los pajarracos que tengan la suerte de divisarlo y devorarlo! Tan intolerable comunicado afirma la gente que ha anunciado el que tan bondadoso era, Creonte, actuando contra ti y no menos contra mí […]
ISMENE: Pero, osada, si la cosa está así, ¿qué es lo que yo tendría que solucionar o emprender, y qué otra cosa podría aportar a la situación presente?
ANTÍGONA: Piensa si vas a combatir y a colaborar conmigo.
ISMENE: ¿Cuál es el riesgo que hay que correr? ¿Cuál es la determinación que has tomado?
ANTÍGONA: Se trata de si vas a levantar el cadáver unida a estos mis brazos.
ISMENE: Pero ¡cómo! ¿Es que se te ha ocurrido pensar enterrarlo cuando es cosa denegada a la ciudad?
ANTÍGONA: Sí, porque se trata de mi hermano, y también del tuyo aunque no quieras. Pues, al enterrarlo, no resultaré convicta de haber cometido una traición.
ISMENE: ¡Oh tú, que no te detienes ante nada! ¿Serás capaz, a pesar de que Creonte lo tiene prohibido?
ANTÍGONA: Sin embargo, no le compete en absoluto separarme de lo que es mío.
Adaptado: Sófocles, “Antígona”, Tragedias completas.