INVITACIÓN A FIRMAR LA "Carta de la 'Coordinadora Paz de Justicia' a nuestras hermanas y hermanos con quienes conformamos el pueblo de Dios que peregrina en Chile"





La Paz de Jesús para un pueblo que despierta

Carta de la “Coordinadora Paz de Justicia” a nuestras hermanas y hermanos con quienes conformamos el pueblo de Dios que peregrina en Chile



¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?
1 Corintios 3,16



Queridas hermanas y hermanos:

Luego del estallido social denominado “el despertar de Chile”, un grupo de  cerca de cien laicas y laicos junto a religiosas y religiosos, diáconos y sacerdotes de distintas ciudades de Chile, nos juntamos para seguir el camino de Jesús, en medio de su pueblo, en el actual contexto social y político del país.

Como nos enseñó el Concilio Vaticano II, en esto nos mueven los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos y discípulas de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en nuestro corazón de comunidad cristiana.

Creemos que Chile vive dolores de parto y esto nos motiva para dar testimonio de Jesús de Nazaret con genuina esperanza. Él reunió a sus amigas y a sus amigos, les explicó el reino, les dio signos eficaces para que creyeran, y desde el monte les llamó a ser felices cuando sean perseguidos a causa de su nombre o cuando los maldigan los poderosos o cuando luchen contra la injusticia, entre otras razones.

Nuestra presencia en las manifestaciones y otros lugares, llama a construir  esa “paz que es fruto de la justicia”. A ella fuimos convocados recientemente por los obispos chilenos y hoy, mediante cantos, oraciones, anuncios y denuncias, buscamos manifestar la presencia liberadora de Jesús en medio de estos tiempos de gestación de un nuevo Pacto Social. Para nosotros su presencia se expresa hoy en las calles mediante el testimonio de la No Violencia Activa que repara lo injusto.

No podemos callar ante la brutal represión contra el pueblo que se manifiesta por sus legítimas demandas, y que los jóvenes padecen con mayor fuerza. No apoyamos ni la violencia en las calles, ni mucho menos el delito de los oportunistas. En medio de la crisis, llamamos a todas y todos a poner en obras una alternativa a la violencia que se funde en la reparación de la justicia. Por lo mismo, desde la mirada de Jesús, no podemos callar tampoco antes esa otra violencia crónica que está en la base de la rabia social, la violencia de la hiriente desigualdad que ha hecho que nuestro pueblo diga “basta” y exija un genuino nuevo Pacto Social. Quien niega esta violencia madre, quien pretende volver a la antigua “normalidad” sin repararla en sus bases, está legitimando el uso de la violencia.

En medio de las manifestaciones, condenamos con todas nuestras fuerzas el uso de balines y de perdigones, apaleos y castigos crueles a personas detenidas, ellas constituyen reiteradas violaciones a los Derechos Humanos que hoy enlutan nuestra democracia.

Condenamos las formas de incendio, saqueo, daños a bienes públicos y privados, también las destrucciones y saqueos de templos y lugares de culto. Y nuevamente desde Jesús recordamos que el más grave sacrilegio es el daño a la vida de las personas, la agresión a los templos vivos. Aquí no hay empate de dolores. Nada devolverá los ojos a quienes los han perdido. Tampoco la compensación económica, la oración o los homenajes. Acercándonos a los heridos y muertos, con dolor y respeto, llamamos a todas y todos a expresar en hechos y no en palabras nuestra solidaridad a todas las víctimas de las violencias, las de ahora y las de antes. Que su sufrimiento dé fruto en un Chile justo y digno. Para ello decimos, junto a Jesús liberador, “¡detengamos la ley del ojo por ojo!”.

Frente a la irracionalidad de los corazones de piedra, recordamos a San Romero de América: “Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!”. No usen más armas contra su propio pueblo, contra sus propias familias. No se destruyan las demandas legítimas de un pueblo entero mediante el incendio y el saqueo.

Junto con seguir manifestándonos y dialogando desde la No Violencia Activa, llamamos a todas las comunidades a comenzar un tiempo de oración y ayuno, pidiendo al Señor que purifique nuestros corazones de todas las formas de indolencia y ceguera ante quien sufre, que nos interpele para renunciar a los privilegios que violentan, y para construir un nuevo pacto  que haga creíble nuestra democracia mediante la justicia social.

En este mes que dedicamos a María, pedimos a las comunidades cristianas que nos unamos en oración con esta mujer que es madre de Jesús y “Madre de los Cansados”, para que la paz por la cual luchamos sea fruto de la justicia. Solo así el dolor de los cuerpos mutilados y los asesinados, las lágrimas de los viejos y  las demandas de los jóvenes, no habrán sido en vano.

La Paz de Jesús para un pueblo que despierta.

Coordinadora Paz de Justicia


Santiago, noviembre de 2019.

FACEBOOK e INSTAGRAM: /CoordinadoraPazDeJusticia/
TWITTER: @pazdejusticia
Email *
¿Estas de acuerdo con el texto anterior? *
Tu nombre y apellido para firmar: *
Submit
Clear form
Never submit passwords through Google Forms.
reCAPTCHA
This content is neither created nor endorsed by Google. Report Abuse - Terms of Service - Privacy Policy