Invitación a cultivar una pausa transformadora
que haga posible un acto de introspección.
Esta delicada
atención hacia las sensaciones corporales hace que las memorias del dolor,
selladas en el cuerpo, liberen su carga de estrés guardada tal vez por décadas.
Les proponemos para ello, un nuevo modo de consciencia al que llamamos estado
de PRESENCIA.