PRONUNCIAMIENTO DE MUJERES EN LAS ARTES

En un contexto en el que las mujeres trabajadoras del arte (artistas, curadoras, gestoras, productoras, mediadoras, críticas, museógrafas, investigadoras, etc.) han encontrado violencia, invisibilización, autoritarismo, deslegitimación, acoso, silenciamiento y maltrato en sus espacios laborales, actitudes y prácticas que sostienen los mecanismos de poder patriarcal, vemos la necesidad de aliarnos y crear redes de apoyo, cuidado, crecimiento y construcción colectiva.

Este pronunciamiento nace de la necesidad de visibilizar las inequidades de género en la estructura del arte, de denunciar la violencia machista en espacios dedicados al arte (museos, centros culturales, galerías, espacios de formación, bienales, ferias, residencias, otros) y articular una red basada en la empatía, el respeto y los cuidados mutuos. Nos pronunciamos desde espacios colectivos y situados, asumiendo que estas ideas están en constante construcción y abiertas a que más personas se unan con sus aportes.

1. Sobre la equidad en los espacios de arte

• Busquemos promover la equidad en la representación para mujeres y disidencias sexo-genéricas en los espacios dedicados al arte, como por ejemplo: en la participación en exposiciones individuales y colectivas,  en la realización de obras comisionadas por instituciones culturales públicas y privadas, en los premios (paridad en la selección, la premiación y los jurados), en las ferias de arte, en las representaciones internacionales tales como las bienales o festivales, en la política para adquisición de obra artística para colecciones públicas y privadas, en las reproducciones de obras en libros y catálogos colectivos, en las tapas de las revistas, entre otros.
• Cuestionemos activamente todas las prácticas que "feminizan" el trabajo cultural, aquellas que desvaloricen, oculten y precarizen los aportes de mujeres y sujetos feminizados en el campo del arte, bajo el discurso que asume estos trabajos como cuidados "narturales", hechos por puro "amor al arte", encubriendo que estos trabajos sostienen la producción (PIB), aunque la recepción de sus beneficios haya quedado, históricamente, en un grupo reducido de sujetos autorizados. Sabemos que juntas somos capaces de impulsar otras economías, siempre recíprocas y respetuosas de todos los aportes.
• Promovamos la equidad en la distribución de los recursos de financiación y los ingresos, tanto públicos como privados, sea a través de concursos, encargos o contrataciones directas.
• Trabajemos por la equidad representativa en los cargos directivos de las instituciones artísticas, educativas y culturales que manejan, deciden y generan políticas en el sector de las artes visuales.
• Busquemos equidad de género en los espacios de discusión y exposición reflexiva, como en conversatorios, coloquios o mesas redondas.

2. Sobre la construcción colectiva de espacios seguros en el arte

• Incentivemos el ejercicio de pensamiento crítico para evitar el machismo y el sexismo naturalizados en el trabajo en artes.
• Revaloricemos el trabajo realizado por mujeres y disidencias sexo-genéricas,  eliminando conductas de superioridad paternalistas y/o machistas,  invitando a hacerlo desde la revisión del lenguaje que utilizamos, así como de las actitudes y acciones que ejercemos.
• Cultivemos relaciones de trabajo respetuosas e igualitarias y llamemos a no ser cómplices de ningún tipo de violencia machista, desde la más visible hasta la más sutil y poco perceptible (el silencio también es complicidad).
• Propiciemos en todo espacio artístico un enfoque interseccional, pensando en las identidades sociales como etnia, edad, clase social, género, orientación sexual, identidad de género, diversidad funcional, para una participación activa que subvierte  las estadísticas discriminatorias y excluyentes que dominan en el mundo del arte.
• Procuremos espacios no binarios, donde la diversidad y las disidencias sean acogidas.
• Formemos espacios de monitoreo, observación, análisis y cuestionamiento público, contra las violencias en el campo del arte.
• Generemos modos de percepción basados en un pensamiento inclusivo, en que los afectos y la equidad, están contrapuestos a la mala ética de la exclusión y el individualismo, valores erróneos patriarcales que dominan nuestras sociedades y el mundo del arte.
• Fomentemos el cuidado mutuo y los afectos como principios base en nuestro trabajo, para así acuerparnos en nuestros procesos.
• Deroguemos el concepto de genio, de maestro y el canon del arte bueno, regulado desde parámetros patriarcales.
• Construyamos colectivamente protocolos claros de seguridad contra la violencia machista en los espacios de arte, como herramienta de apoyo y cuidado en los casos que lo requieran; promoviendo la socialización y discusión abierta a dichos protocolos.

3. En caso de denuncias de violencia en el mundo del arte

• Seamos conscientes de que los distintos tipos de  violencias machistas (emocional, física, sexual, simbólica, económica, etc.) están interrelacionadas y deben ser pensadas en su magnitud y complejidad.
• Mantengamos una actitud constante de escucha y validemos las denuncias, bajo el principio de “yo sí te creo”.
• Busquemos soluciones efectivas, sustentadas en una justicia con perspectiva feminista y especialmente restaurativa, que se base en el acompañamiento, el cuidado y la reparación, colocando a la persona afectada en el centro.

4. Vamos a escribir una historia propia

• Investiguemos y apoyemos la obra de artistas, investigadoras y teóricas mujeres y de las disidencias. Revisemos el poder que en nosotrxs ejercen las genealogías patriarcales, y valoricemos los saberes de las mujeres y disidencias, para así poder crear debates en torno a la historia y teoría del arte con perspectiva de género.
• Ampliemos los espacios de formación (formal e informal) para el desarrollo de relatos, saberes y producciones que acojan a quienes, siendo pilares fundamentales del campo cultural y artístico, han sido ocultadas u expulsadas de la narración de los procesos del campo del arte.
• Animémonos a escribir una historia propia, que surga del diálogo colectivo y que valide el trabajo de las mujeres y disidencias sexo-genéricas en las artes.

5. Estamos en proceso permanente de desaprender y aprender

• Desde nuestro quehacer en el sector cultural, revisemos nuestras prácticas cotidianas y repensemos los dispositivos que reproducen violencia, interpelemos e interpelemonos con el fin de promover relecturas que amplíen el imaginario colectivo.
• Busquemos alianzas entre nosotrxs, para crear redes de apoyo, cuidado, crecimiento y construcción colectiva libres de autoritarismos y dictámenes patriarcalizantes.
• Brindemos espacios a otras miradas y voces, a otras formas de hacer y producir conocimiento.
• Construyamos formas de trabajo basadas en la horizontalidad, el cuidado, las afinidades y los afectos.
• Rompamos el pacto patriarcal, concientizando los privilegios históricos y rechazando el encubrimiento, silenciamiento y complicidad con esta estructura de poder.
• Mantengamos la persistencia como actitud sustentadora de este proceso colectivo, instituyente y propositivo.



Quito,
Inicio del pronunciamiento 10 de noviembre 2020 - hasta la presente fecha

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