SUMATE A DEUDA SOCIAL!
¿Por qué Deuda Social?

Millones de chilenas y chilenos estamos endeudadas/os. Para una gran parte, las deudas se han transformado en una angustia y agobio del que nos sentimos individualmente responsables. Nos culpan de ser consumistas, de gastar más de lo que tenemos, de ser malas/os pagadores/as, de ser irresponsables.

Pero en Chile la deuda no es tu culpa. Endeudarse se ha hecho necesario para vivir. Se juntan sueldos bajos y cobros altísimos por derechos que deben estar garantizados, como la educación, la salud y la vivienda. Se agrega a eso precios que están muy por encima de la calidad de los bienes y servicios que necesitamos.

Para quienes vivimos de nuestro trabajo, la deuda es una obligación. Y es también una cárcel. Porque una vez que te han obligado a pasar por casas comerciales, financieras o bancos, incentivan todo lo posible que te atrases en tus cuotas, para poder aplicarte intereses y multas de usura.

Las instituciones financieras no quieren principalmente tu dinero, incluso aunque de verdad quieras pagar, sino que quieren que tu vida dependa de ellas. Hacen de tu tiempo y de tu tranquilidad su mercancía y su lucro. Con la deuda en Chile ha surgido una nueva forma de explotación, cimentada en la negación de nuestros derechos, y en un arreglo constitucional y legal único en el mundo, que ha legalizado la usura.

Hoy nos levantamos contra esta injusticia. Por eso nace el movimiento ciudadano Deuda Social, abierto a todas y todos quienes han padecido este flagelo.

Ya no estás sola, no estás solo. Nunca ha sido tu culpa. No les debes la vida. ¡Ellos te la deben!

Nuestra propuesta

Deuda Social nace como un movimiento abierto y en construcción, pero no parte de cero. Hemos luchado por una década y media contra el endeudamiento para estudiar, y en concreto, por la condonación de la Deuda Educativa.

Hemos avanzado y logrado conquistas como la Ley Chao DICOM, que terminó con el DICOM a raíz de las deudas educacionales. Hoy damos este paso sabiendo que lo fundamental está todavía en el horizonte.

Proponemos tres objetivos:

1.- La condonación de las deudas por derechos sociales que deben ser gratuitos como educación y salud, y la regulación de deudas por vivienda y otros bienes o servicios pagados que deben ser considerados derechos, ya que no es legítimo endeudarse por derechos sociales a través de créditos de trato comercial.

2.- Construir una institucionalidad pública que garantice derechos sociales universales. El fin del endeudamiento por derechos sólo se logrará si construimos una institucionalidad pública que los garantice a todas y todos. Vivienda, salud, pensiones y educación públicas para nuestro futuro y el de nuestros/as hijas/os.

3.- No más usura. Cuando no se trata de derechos sociales, es legítimo el pago a cuotas por bienes y servicios. Nosotros no queremos regalos: queremos terminar con una institucionalidad que ha hecho de los créditos una forma de explotación. En concreto, queremos pagar lo justo: terminar con la usura inmoral del capital financiero hoy legalizada.

¿Cómo lo haremos? Con organización y acción en todos los planos

El estallido social de octubre de 2019 marcó el fin del desencanto y el surgimiento de una nueva esperanza. Pero quienes lucran con nuestra vida son poderosos, y no están derrotados. Por eso hay que dar un paso más. Además de protestar, tenemos que organizarnos y actuar coherentemente a nivel social, individual, en las calles y en las instituciones.

Deuda Social se propone ser un espacio abierto a todas y todas para solidarizar y apoyarnos mutuamente. Para acompañarnos en las cosas más inmediatas de la resistencia ante las deudas, y para enfrentar colectivamente, a través de la acción directa, a quienes lucran ilegítimamente con nuestra vida.

Queremos impulsar la organización de los y las deudores/as en todo plano, logrando su reconocimiento por bancos, casas comerciales, financieras y el propio Estado, y para eso queremos combinar acciones de protesta y de diálogo, con tal de hacer de los deudores y deudoras un poder respetado en la sociedad.

Las deudas, para muchos y muchas chilenas y chilenos, han sido una cárcel. Llegó la hora de liberarnos. Nunca ha sido tu culpa, y no estás sola ni solo. No les debes la vida.

Unámonos, organicémonos, que el futuro es nuestro y de nuestros/as hijas e hijos.
La deuda es de ellos. Que ellos paguen la Deuda Social contigo, y con un país entero.

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