Amigos y amigas,

Los/as invitamos a sumarse a esta práctica ancestral. Las semillas son el punto de partida de nuestras huertas y un eslabón fundamental de la Autonomía y Soberanía Alimentaria. Desde el origen de la agricultura han caminado libres, en manos de agricultoras y agricultores, heredándose de generación en generación y adaptándose a distintos territorios. Lamentablemente hoy nuestras semillas tradicionales, nativas y criollas, están desapareciendo por desuso y por su reemplazo con semillas comerciales; híbridas y transgénicas, así como por la deculturación que ha traído el actual modelo agroindustrial de desarrollo.

Los intercambios de semillas son un medio muy eficaz de conservación de la biodiversidad cultivada pues permiten que una determinada especie o variedad comience a ser cultivada por otras personas, evitando así que se pierda. La mejor forma de conservar las semillas es compartiéndolas, sembrándolas y haciéndolas viajar de un lugar a otro. Los intercambios también son una oportunidad de intercambio cultural y resguardo de saberes ancestrales, respecto a las formas de cultivo y usos que se les da a las variedades intercambiadas, ya sean medicinales, culinarias u otras.