COMPRENSIÓN LECTORA: FEDE QUIERE SER PIRATA
Fede tenía un tatuaje en el brazo. Era una rana.
En una ocasión, cuando salía de su casa para ir al cole, entró un vecino en el ascensor que le dijo:
—Hola, Fede.
Él no le respondió y su madre le pidió que contestase al señor.
—Fede, contesta al señor.
Fede permaneció callado mirando el número rojo que indicaba la planta por la que iba el ascensor.
—Este niño es imposible —le dijo la madre al vecino.
Fede pensó que él no era imposible, sino un pirata. En una película vio a unos piratas con tatuajes en los brazos, pero no eran ranas. Lo malo de los piratas es que a unos les falta una pierna, a otros una mano, a otros un ojo. ¿Cómo serían los piratas antes de ser piratas?
Un pirata que todavía no es un pirata es un niño que va al cole y lleva una rana tatuada en el brazo. Un tatuaje que desaparece cuando la madre o el padre del pirata que todavía no es pirata lo bañan por la noche. Un pirata que todavía no es un pirata se convierte en verdadero pirata cuando empieza a bañarse solo.
Hay niños y niñas que quieren ser piratas, como Fede y su amiga Marga. Pero no es fácil, para ser pirata se necesita un barco.
Es curioso que un barco flote. En verano, Fede pone una piedra en el agua del mar y la piedra se hunde. Y eso que una piedra pesa mucho menos que un barco.
—Yo no sé de dónde vamos a sacar un barco —le susurró Fede a Marga.
—Habrá alguna tienda de barcos, ¿no? Podemos ir y preguntar cuánto cuesta uno de los baratos y empezamos a ahorrar. Yo tengo una moneda de un euro.
—Bueno, un barco barato, pero que flote. Los barcos que no flotan son un rollo.
—Es que, si no flota, no es un barco; es un submarino.
—Marga, ¿los piratas pueden ir en un submarino?
—Claro que no, porque no podrían colgar la bandera, se mojaría.
Fede tiene una hermana mayor. Se llama Isa, tiene diez años y está en quinto de primaria. Esa tarde Fede fue a la cocina a merendar y allí estaba ella haciendo sus deberes.
—Hola, Isa. ¿Tú quieres ser pirata de mayor?
—¿Pirata? No, yo quiero ser cantante.
—Pero si tú cantas muy mal.
—Eso no importa. Para ser cantante no hace falta cantar bien. Hay que saber bailar, tener un micrófono y escribir canciones bonitas. Yo escribiría las canciones.
—¿Canciones de piratas?
—No, canciones de amor. Una podría ser de un pirata enamorado. ¿Te parece bien, Fede?
—¿Enamorado de su loro?
—No, enamorado de una mujer pirata.
En ese momento, Fede pensó en Marga y se puso colorado. Pensó que estaba enamorado de ella, pero no se lo dijo a su hermana Isa por si ella se reía. Entonces entró la madre y le preparó a Fede su merienda, y le dijo que dejase a Isa terminar sus deberes.
—Isa —le preguntó Fede a su hermana-, ¿qué pesa más, una piedra o un barco?
—Un barco —respondió Isa.
—Entonces, ¿por qué una piedra se hunde y un barco, no?
La boca de Isabel y la de su madre se abrieron a la vez, y eso quería decir que estaban pensando.