No puede existir una verdadera transformación en nosotros como especie si no revolucionamos el modo en que se conforma nuestra experiencia. Hay que liberarse del posicionamiento colonizador de lo humano con respecto al resto del ecosistema, de ahí surgen los presupuestos de la obra del artista belga Koen Vanmechelen. Su andar es un nomadismo que parte de las grandes metrópolis y llega a esos lugares silvestres donde nace la vida en su estado prístino. ¿Qué es lo primitivo? ¿Cómo se establece una civilización? ¿Cómo se conectan y se excluyen estos términos? Son interrogantes que incitan a una meditación. El conocimientono se puede compartimentar, viene de las axiologías y de lo que aporta la interdisciplinariedad.

En el momento que se gestaba la Duodécima Bienal de La Habana, tuve el privilegio de interactuar con Koen Vanmechelen gracias a la mediación delgalerista y editor Bruno Devos. Cuando visité el estudio que tenía en Hasselt (Bélgica), pude respirar la porosidad entre las investigaciones que provienen de la ciencia y el arte. El acontecimiento es indeterminado porque se verifica en esas zonas que solo pertenecen a la imaginación. En aquella microbiosfera que se revelaba ante mí, descubrí su proyecto fundacional, Cosmopolitan Chicken Project (CCP). Un asunto tan pueril como el pollo le sirvió para discutir temasde mayor envergadura: la diversidad, la identidad, la fertilidad y la inmunidad desde las dinámicas que ocurren entre la domesticación y lo salvaje.
Texto escrito por Jorge Fernánez,  extraido del catálogo: La esperanza de la Medusa, Koen Vanmechelen, dentro del marco de la exposición con el mismo nombre en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.