Autoevaluación Transformación de Centro: Espacios
Aprender es una acción que puede tener lugar en cualquier lugar y con cualquier persona. Loris Malaguzzi (1978) introdujo el concepto del tercer educador, con el que se refería al ambiente, un espacio que influye en el proceso de aprendizaje. Asimismo, María Montessori explicaba que el ambiente del aula debía provocar curiosidad, interés y motivación a los alumnos, así como disponer de todos los elementos al alcance de estos para potenciar su autonomía y libertad. Más adelante, en 2004, nació la neuroarquitectura, ciencia encargada de estudiar los entornos donde se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje y que nos aporta ideas de cómo deben ser los espacios educativos.
Según Cabanellas y Eslava (2005) deberíamos «diseñar espacios para que los niños puedan experimentar, compartir, relacionarse, interactuar con los otros, sentir nuevas sensaciones y evocar otras. Espacios para hacer y deshacer, para crear, para descubrir, para adquirir nuevas habilidades, para aprender y también para equivocarse y donde todas las experiencias vividas sean de gran valor, ya que les acercan a la complejidad del mundo de los adultos y les ayudan en su propio proceso de crecimiento.»