1. Al analizar el discurso de Eva, es posible deducir que ella dejó de tomarse en serio las declaraciones de Dios. (Pista: “…a pesar del claro mandato de Dios, Eva, incluso con sus propias palabras, empezó a diluir lo que se le había enseñado. Aunque no malinterpretó lo que el Señor le dijo, obviamente empezó a no tomárselo tan en serio”. Lección del martes, párrafo 1). *