3. Los afanes de la vida pueden fácilmente desviar nuestra vista de Cristo. (Pista: “Cualquiera que sea la razón, quizás estemos tremendamente ocupados en nuestra vida, por lo que es muy fácil desplazar a Dios en medio del ajetreo. No es que no creamos en él, sino que simplemente no pasamos tiempo de calidad leyendo, orando y acercándonos al Señor “en cuya mano está tu vida” (Dan. 5:23). Podemos estar demasiado distraídos con otras cosas como para pasar tiempo de calidad con Dios”. Párrafo 2). *