A mediados de la década de 1980, la producción francesa de películas animadas experimentó una evolución que la hizo pasar, en pocos años, de la etapa del sector artesanal al nivel de una industria floreciente; ya que Francia es actualmente el principal país productor de animación en Europa, y el tercero a nivel mundial, por detrás de Estados Unidos y Japón. ¿A qué precio se logró esta transformación, y con qué resultados a nivel industrial, pero también social y cultural? ¿Cómo se perfila el futuro de los dibujos animados
franceses frente a las películas de autores y éxitos de taquilla americanos?

Nacido en Argel en 1955, Jean-Luc Ballester es un dibujante, animador y profesor de animación. Trabajó en los estudios Jean Image, Estudio Disney, Néomis Animation, en películas como: Le secret des Sélénites (1982), El jorobado de Notre Dame(1996), Hércules(1997), Tarzán(1999), Las locuras del emperador (2000), Ernest y Célestine (2010), entre otras.
Desde 1987, ha sido profesor en varias de las grandes escuelas de cine de animación, como Gobelins (París), EMCA (Angoulême), Isart-Digital (París), así, ha contribuido en la formación de un gran número de profesionales de la Animación.