Escuchar a tu cuerpo sienta bien. Eres más capaz de estar en paz contigo mismo, con tus decisiones, bueno, sobre todo con las pequeñas, ya que las más grandes han estado aparcadas por un tiempo. ¿Listo para retomar el proceso de toma de decisiones? ¿Listo para ver hacia dónde te diriges? ¡Vamos!