Le presentamos de forma resumida los contenidos tratados en el video:

Luc 18, 35 - 43

Sucedió que, al acercarse él a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna;

36 al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello.

37 Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno

38 y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»

39 Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»

40 Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó:

41 «¿Qué quieres que te haga?» El dijo: «¡Señor, que vea!»

42 Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado.»

43 Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.

Podemos distinguir 4 momentos en este encuentro del ciego con Jesús:

1.- EL LLAMADO

Jesús siempre toma la iniciativa, El, siempre va delante de nosotros. No es que Jesús por casualidad pasara por ahí, su acercamiento a nuestra realidad, cualquiera que sea, tenemos que verla como una invitación, una provocación para nuestra alma, a aprovechar la oportunidad que su amor por nosotros nos da. Bartimeo no esta dispuesto a desaprovecharla.

2.- ACEPTACIÓN Y Y VOLUNTAD

El ciego de este episodio bíblico, se reconoce necesitado de ayuda, necesitado de Jesús, sabe y acepta que es ciego, acepta su triste realidad, pero no esta dispuesto a conformarse con aquello, por que intuye que en frente de el tiene la solución, asi que mueve su voluntad al clamor al grito esperanzado de alcanzar de Jesús su sanación.

3.- RESPUESTA

Si buscamos encontrarnos con Jesús con sincero corazón, el nos responderá de inmediato, Jesús se detiene, escucha los gemidos del ciego y lo llama para que lo traigan junto a Él.Jesús es siempre respetuoso de nuestra libertad por eso nos pregunta: que quieres que haga por ti?, Jesús quiere saber si nuestro clamor corresponde con nuestro verdadero problema en nuestra vida.

4.- CONVERSIÓN Y MILAGRO

Tocados por el amor de Dios, esta experiencia nos convierte en testigos de su amor salvífico, amor que nos derrite y nos transforma el alma y hace surgir en nosotros la alabanza, la adoración, la acción de gracias. Desde ese instante somos nuevas criaturas.