Lanzamos este petitorio para juntar firmas en todo el país para exigirle al Gobierno Nacional un programa de construcción de viviendas sociales en el predio militar de Campo de Mayo, como una propuesta para comenzar a resolver el problema habitacional de un millón de personas. El déficit habitacional afecta a millones de personas en toda la Argentina en general, y en el Gran Buenos Aires, en particular. El empobrecimiento de la población, el aumento del desempleo, la disminución de la capacidad adquisitiva del salario y la imposibilidad de comprar una vivienda provoca un deterioro en las condiciones de vida y habitacionales.
Por empezar hay una gigantesca masa de la población que no tiene una vivienda, razón por la cual la comparte con otras familias. Se reproduce así el hacinamiento, la multitud de personas en espacios acotados, cuya consecuencia es la proliferación de las enfermedades. A su vez, el precio de los alquileres es cada vez más elevado, razón por la cual terminamos pagando casi la mitad de nuestro sueldo. Como es imposible ahorrar, no podemos comprar una vivienda y eso se torna un sueño inalcanzable. De allí que quienes pueden alquilar se terminan alejando cada vez más de los centros urbanizados, de los lugares donde hay mayores puestos de trabajo. O bien, proliferan los asentamientos informales y las villas en terrenos fiscales o privados. O bien, crecen las ocupaciones y tomas de tierras donde los protagonistas suelen ser las fracciones más pobres de la clase obrera, quienes intentan resolver, con sus propias manos, el problema habitacional.
Los programas estatales en materia habitacional no logran resolver el problema. Los créditos para vivienda son escasos y prevalecen los programas de “soluciones habitacionales” o mejoras y refacciones. Además, los préstamos para la construcción de una vivienda nueva resultan muy limitados, tanto los PROCREAR como los créditos actuales, donde la demanda siempre supera ampliamente a la oferta. Y estos créditos, al igual que los privados, requieren mucha solvencia, razón por la cual ni los desocupados ni los obreros informales ni los asalariados registrados con sueldos bajos pueden acceder. Los viejos programas del FONAVI con entrega “llave en mano” prácticamente dejaron de existir. Otros programas como la entrega de lotes con servicios son muy exiguos frente a las necesidades acuciantes y no resuelven el problema habitacional, dado que esas medidas no son acompañadas por la entrega de materiales para construir y herramientas de trabajo. Para los inquilinos, el congelamiento de los precios de los alquileres no alcanza, porque son medidas de corto vuelo, que incluso limitan la oferta en el mercado inmobiliario hasta que, pasados unos meses (o unos años), se “descongelan” los precios y resulta prácticamente imposible pagar un alquiler.
Por todo esto, un verdadero programa de construcción de viviendas sociales para la población necesitada requiere un plan ambicioso. Y la Argentina tiene los recursos necesarios para llevar a cabo este plan. Hay tierras “vacantes” suficientes. Hay terrenos que pertenecen a las fuerzas armadas, aéreas y militares que podrían usarse para la construcción de viviendas sociales. Hay terrenos pertenecientes a la ex ONABE, galpones y terrenos de los ferrocarriles inutilizados. Pero también está la materia prima: hay cemento, arena y ladrillos suficientes para construir. Y, sobre todo, hay mano de obra suficiente y calificada: obreros desocupados e inactivos vinculados al empleo en la construcción.
¿Por dónde arrancar? Por el predio militar de Campo de Mayo. Se trata de un terreno utilizado para entrenamiento militar cuya superficie oscila las 5000 hectáreas. Con usar la mitad de ese terreno se puede construir una ciudad entera. Con la construcción de viviendas sociales en complejos habitacionales verticales (tipo torres) se podría albergar a un millón de personas. Habrá que correr el relleno del CEAMSE un poco más allá, habrá que sacar a los militares, desarrollar las obras hidráulicas necesarias y habrá que empezar a construir. Sí. Ahí nomás, a media hora de viaje del centro porteño, se podría elaborar un plan de viviendas sociales. Pero para ello hace falta un programa, un poco de audacia y un criterio de planificación racional para resolver las necesidades sociales del conjunto de la población. Empecemos por firmar este petitorio para exigirle al Gobierno Nacional, ya mismo, un programa urgente de viviendas sociales y la conformación de una Comisión independiente que fiscalice el seguimiento del proyecto.

Movimiento Proletario Territorial (frente de desocupados en Razón y Revolución)