Introducción
El segundo libro de “Los Reyes”, abarca un periodo de casi 400 años en los cuales hubo una serie de acontecimientos trascendentales para los dos reinos en los que se encontraban divididos los hijos de Israel: Israel al norte cuya capital era Samaria y Judá al sur, cuya capital era Jerusalén.
Por un lado los reyes de Israel se caracterizaban por vivir continuamente apartado de Dios, debido a lo que la Biblia llama “los pecados de Jeroboam” (2Re.13:2; 15:9, 18, 24, etc.) que consistió principalmente en la introducción de altares idolátricos, destacando el de Dan y el de Betel.
Por otro lado en el reino de Judá hubo muchos reyes con tendencias a desobedecer los mandamientos y estatutos de Dios, como fue el caso de Joram, Acaz y Manasés; sin embargo, hubo otros cuyo corazón sí fue recto delante de Dios, como Joás, Ezequías y Josías.