Lee detenidamente el texto, y si así lo deseas, puedes escribir notas debajo: «Se dice con razón que las convicciones no tienen derecho alguno de ciudadanía en la ciencia. Solo cuando se resuelven a descender a la modestia de una hipótesis, de una previa posición para una prueba, de una ficción normativa, puede concedérseles la entrada y un cierto valor dentro del imperio del conocimiento ‒en todo caso con la limitación de permanecer bajo vigilancia policial, bajo la policía de la desconfianza‒. Pero esto, si se considera más exactamente, ¿no quiere decir que solo cuando la convicción deja de serlo, le es permitido conseguir su acceso a la ciencia? ¿No comienza el cultivo del espíritu científico cuando uno no se permite ya más convicciones? Así es probablemente. Solo resta por preguntar, para que este cultivo pueda comenzar, si no ha de haber ya una convicción, y por cierto tan imperiosa e incondicional que se sacrifiquen por ella todas las restantes convicciones. Se ve que también la ciencia se apoya sobre una fe, no existe ciencia alguna “libre de presupuestos”» (FRIEDRICH NIETZSCHE, La gaya ciencia, libro V, § 344). En este texto, Nietzsche reflexiona sobre el problema del conocimiento y de la ciencia.