Les integrantes del Consejo Directivo del IdIHCS manifestamos nuestro más enérgico repudio ante las recientes declaraciones del candidato a la Presidencia de la Nación por el partido “La libertad avanza”, Javier Milei, sobre el sistema de ciencia y tecnología en el país; asimismo, consideramos oportuno realizar algunas precisiones sobre una cuestión pública de gran trascendencia para el presente y el futuro de nuestra sociedad, que no puede ser tratada con la liviandad que otorga la ignorancia:
1. En principio, cabe destacar que el ingreso al sistema científico se realiza por riguroso concurso público, y que el trabajo de investigación científica se realiza de acuerdo a estrictas pautas de excelencia académica de nivel internacional; entre otros requisitos, dichas pautas incluyen la evaluación de informes periódicos obligatorios –a cargo de especialistas- que les investigadores deben aprobar;
2. La inversión pública en ciencia y tecnología es un instrumento indispensable para que economías menos diversificadas y dinámicas como las nuestras alcancen un desarrollo equitativo y para que nuestras sociedades estén en mejores condiciones para tomar decisiones sobre su estrategia de inserción internacional. La experiencia muestra la incapacidad del sector privado, más pronunciada en el caso de un país en desarrollo, para realizar las inversiones de largo plazo que requiere la formación de científicos/as/es. En tal sentido, la inversión privada en actividades de Investigación y el Desarrollo (I+D) muestra en nuestro país un escaso dinamismo; a modo de ejemplo, en 2021, representa alrededor el 23% de la inversión total en el sector, mientras que el sector público asume casi el 60% (MINCyT, 2021). El financiamiento público de actividades de I+D, en un entramado institucional en el que las universidades tienen un papel preponderante, y particularmente su incremento en los ciclos expansivos recientes de la política científica, ha permitido entre otras acciones la implementación de políticas de formación, jerarquización y retención de investigadores/ras, el mejoramiento y la expansión de la infraestructura pública de I+D, el fomento, desde el Estado, de las actividades de innovación con las empresas, a fin de incentivar su aún escasa demanda de conocimiento, y de manera más amplia, el fortalecimiento de una ciencia más inclusiva.
3. Las agencias gubernamentales o mixtas dedicadas a la investigación científica han tenido un rol muy relevante en la generación de bienes y servicios de aplicación práctica, con fuerte impacto en nuestra sociedad. En particular, la investigación en humanidades y ciencias sociales ha enriquecido las agendas culturales, sociales y políticas de nuestras sociedades, ha posibilitado la revisión crítica de algunas de nuestras prácticas más arcaicas y retrógradas, y ha colaborado activamente en diversas y plurales iniciativas de desarrollo comunitario. Así, lejos de concepciones eficientistas las ciencias que tienen como objeto lo humano y lo social desarrollan un saber fundamental para un análisis crítico de las sociedades en las que vivimos y para el desarrollo de políticas que persigan un horizonte más equitativo y emancipador;
4. Proponer la eliminación del sostenimiento público de la ciencia básica es ignorar el rol fundamental de la inversión a largo plazo en recursos científicos en las sociedades contemporáneas. Dicho rol no sólo puede ser medido por las aplicaciones prácticas inmediatas que posee, sino también por la capacidad que una estructura compleja y diversificada de ciencia básica brinda para enfrentar desafíos futuros, muchos de ellos imprevistos, como quedó probado durante la pandemia;
5. Un recorte de fondos en el sistema científico, cuyo impacto en el presupuesto nacional es ciertamente minúsculo, tendría en cambio un impacto negativo duradero en términos científicos y tecnológicos, a la vez que repercutiría en distintas dimensiones de nuestra sociedad. La calificación de los recursos humanos es cada vez más importante en el desarrollo de los países y en su inserción internacional. Las múltiples carencias e inequidades que atraviesan a nuestra sociedad indican que desinvertir en ciencia y tecnología es un lujo que no podemos permitirnos;
6. Lamentablemente, nuestra historia conoce varias experiencias de “fugas de cerebros” y "diásporas científicas", en razón de persecuciones políticas en los años sesentas y setentas, y de "circulación de cerebros", debido a la asfixia económica del sistema científico en los años noventas, con implicancias en procesos de transferencias inversas de tecnologías, desde países con menos recursos que forman con costos propios a los profesionales que luego brindan su trabajo y expertise a los países más ricos. Por ello, sabemos que estos procesos son extremadamente dañinos en términos sociales, económicos y culturales, así como también somos conscientes de que son muy difíciles de revertir.
En estos próximos y complejos meses por venir seguiremos profundizando el diálogo, la capacidad de reflexión conjunta y la co-producción de saberes significativos con la ciudadanía, para ampliar los debates y encuentros plurales e informados sobre el destino de la ciencia y la tecnología en nuestro país. Pero también queremos alertar a nuestros compatriotas sobre una amarga lección que nos entrega la historia: una sociedad que no aprende de su pasado está condenada a repetir sus errores.
Invitamos a todes les integrantes de la comunidad académica y científica del IdIHCS y de nuestra Facultad que acuerden con los términos de esta Declaración a sumar su adhesión a través de este formulario.
Muchas gracias!
La Plata, 17 de agosto de 2023.
Firman por el Consejo Directivo del IdIHCS:
Lucas Alzugaray / Soledad Balerdi / Osvaldo Barreneche / Mariana Busso / Gabriel Cachorro/ Gloria Chicote / Pedro Fiorucci / Enrique Foffani / Julia Hang / Pedro Karczmarczyk / Sandra Miguel / Ana Sabrina Mora / Patricia Pintos / Graciela Queirolo / Laura Rovelli / Paula Salguero / Verónica Stedile Luna / Alicia Villa / Andrea Zingarelli
Antonio Camou (Vice-Director a cargo del IdIHCS)
