En distintas etapas evolutivas, en cada rincón del planeta ha existido alguien que
narre y alguien que escuche. Se cuentan hechos reales y se cuentan hechos
fantásticos. La narración oral es natural, por eso, es posible narrar. Se suele escuchar
que el tiempo actual no es el propicio para narrar, lleno de ruidos, videos, internet y
celulares. Sin embargo, el encuentro con la palabra narrada sigue sucediendo. Alguien
con la intención de narrar prepara un espacio escénico, abre la boca, y convoca. Quizá
lo moderno ahora es contar y escuchar cuentos.
En las escuelas este hecho es cotidiano. El cuento es parte viva del encuentro
escolar entre chicos, chicas y sus docentes. Es que hay sobrados estudios acerca de
cómo contribuyen los cuentos (leídos o narrados) en el proceso de educativo a la
formación y el desarrollo de diversas habilidades cognitivas, afectivas y comunicativas
en los chicos y chicas. El cuento estimula la imaginación que es la fuente de la
creatividad.
Escuchar cuentos, además, acerca de un modo natural a quienes cuentan y
escuchan a la literatura pudiendo contribuir a la constitución de chicos y chicas
lectores y lectoras. La narración oral es una actividad fundamental en la promoción de
la lectura.
Los y las docentes conocen lo antedicho y desean ser promotores de este
proceso de acercamiento al mundo literario y el desarrollo del placer por la lectura en
los alumnos y las alumnas de nuestras escuelas.
Es en este deseo que surge este espacio de taller de Narración oral. La
propuesta es, entonces, acompañar a los y las docentes en una nueva formación, la de
narradores orales. Brindarles la posibilidad de explorar esta forma de arte a través de
la propia experiencia, del juego, de la selección de repertorio, de la adquisición de
consejos y herramientas que les permitan, en sus propias prácticas, ser los
protagonistas del cuento narrado.m