3. La gracia de Dios nos justifica, mas no puede cambiar nuestro temperamento. (Pista: “Pedro, un pescador gritón, fue transformado por la gracia de Dios. Santiago y Juan, los hijos del trueno que tenían dificultades para controlar su temperamento, fueron transformados por la gracia de Dios. Tomás, el escéptico, fue transformado por la gracia de Dios¨. Párrafo 2. *