Con un poco de confusión José Eduardo mira el resultado de la encuesta que le aplicó a sus estudiantes antes de iniciar las clases. Se trataba de un sondeo sobre sus intereses y las formas en las que esperaban aprender este semestre: clases interactivas, espacios mediados por TIC, películas, videos, metodologías combinadas y hasta memes encontró en las solicitudes.

Hace más de 15 años que José Eduardo dio su primera clase en la UdeA y recuerda muy bien que en ese momento las clases eran tiza, tablero y muchos ojos atentos a algunos libros que se usaban como material de apoyo. Pero, ¿eran necesarias tantas cosas?

Después de reflexionarlo, comprendió que los estudiantes del siglo XXI han sido criados y educados en ambientes cargados de tecnología y por tal razón esperan que el aprendizaje sea lo más rápido, sencillo y entretenido posible. Para ellos, la relación entre resultados obtenidos y tiempo de estudio debe ser muy eficiente.